En general las acciones que llevamos a cabo en la vida cotidiana son transparentes para nosotros mismos; es decir, no necesitamos pensar en ellas para llevarlas a cabo. Las acciones cotidianas son rutinas que hacemos automáticamente, sin reflexionar sobre ellas.
A medida que somos mas competentes en lo que hacemos, se agranda nuestro espacio de transparencia, porque son mas las cosas que podemos hacer automáticamente. ¿Entonces cuál es el momento en el que aparece la conciencia de lo que estamos haciendo? ¿Cuándo comenzamos esa relación con los objetos del mundo, donde nosotros nos reconocemos como sujetos y podemos reconocer esos objetos?. Aquí es que aparece el quiebre....
Los quiebres provocan que aquello que era invisible para nosotros, se nos haga presente. Diremos que un quiebre es ese momento en que el fluir de esa transparencia, es interrumpido por un momento de atención y conciencia en la tarea que estamos ejecutando, y es en el quiebre que constituimos esa relación sujeto - objeto.
Podemos decir que en el momento en que se quiebra la transparencia es cuando podemos hablar de acción racional.
Podemos decir que en el momento en que se quiebra la transparencia es cuando podemos hablar de acción racional.
El quiebre dijimos vive en la interpretación que hacemos nosotros acerca del hecho ocurrido y de la forma como hace que cambie nuestro espacio de posibilidades.
DIFERENCIA ENTRE QUIEBRE Y PROBLEMA
La palabra problema trae con ella una connotación negativa, mientras que el quiebre puede ser positivo o negativo. Los problemas suponemos existen por si mismos mientras que los quiebres viven en nuestros juicios, y en el observador que somos.
El problema, en cambio, deja un solo curso de acción, que es el de resolverlo, mientras que sostenemos que muchos problemas mas que ser resueltos necesitan ser nuevamente formulados. Si cambiamos la interpretación que lo constituye podemos estar frente a una oportunidad.